¿Pueden las algas sustituir al plástico?

Actualmente se producen en el mundo más de 400 millones de toneladas de plástico al año; sólo en Europa 62 millones, ocupando España el cuarto país más demandante del mismo. Cómo todos sabemos, los plásticos son productos muy utilizados en cualquier actividad cotidiana. Desde su descubrimiento hace más de un siglo, forma parte de nuestras vidas en casi cualquier objeto que usamos, sin embrago, son altamente nocivos para el medio ambiente, debido a sus altísimos

tiempos de descomposición; por ejemplo, las bolsas de plástico, fabricadas con polietileno de baja densidad, tardan alrededor de 150 años en descomponerse totalmente, y, todavía más allá, las botellas de plástico pueden tardar en degradarse hasta mil años si permanecen enterradas.
Buscando posibles soluciones a este problema, la empresa emergente estadounidense Sway ha dado con la fórmula de plástico de algas, que pretende ser una de las alternativas más viables en el reemplazo de los polímeros derivados del petróleo, pudiendo constituirse en el paso siguiente en la evolución de los envases.
Según Sway, las algas marinas crecen hasta 60 veces más rápido que otros cultivos en tierra, y pueden eliminar hasta 20 veces más carbono del aire que los bosques, cuando se mide por kilómetro cuadrado, lo que lo convierte en “carbono negativo”.
Además, este tipo de cultivo tiene múltiples beneficios, es más económico, no necesita pesticidas ni fertilizantes y requiere poco equipo en su producción.
El plástico de algas se puede usar en prácticamente cualquier cosa en la que se usa plástico convencional, aunque la revolución del empaque sería su enfoque principal.
Claramente, este plástico a base de algas no es la única alternativa que se propone cambiar el mundo, ya que existen innumerables iniciativas, pero la mayoría de ellas generan muchos inconvenientes en el momento de intentar fabricarse a gran escala.
Esperemos que pronto podamos verlo como una realidad
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